lunes, 26 de septiembre de 2016

Vida


Me gusta la vida cuando el sol asoma por la mañana y cuando la luna flota entre la negrura de la noche. Me gusta la vida por su carácter de impredecible; cuando nada parece claro. Me gusta la vida cuando cambia mis planes, porque me hace ver las cosas desde otro lado por el que no había mirado. Me gusta la vida cuando me hace despedirme de ciertas personas, porque tan pronto como sea,  me hace darle la bienvenida a otros tantos más que, del mismo modo, estarán el tiempo necesario perfecto. Me gusta la vida cuando me equivoco, cuando tomo malas decisiones o cuando intento aceptar lo inaceptable. Me gusta porque aprendo y corrijo. También me gusta la vida cuando las noches son largas y pensativas; y cuando son breves y relajantes. Me gusta la vida cuando me ilusiona y me hace soñar; cuando lo que veo es tan fascinante que solo puedo esperar un pellizco que me despierte. Me gusta la vida cuando camino, salto y nado. También me gusta cuando esta me lleva entre sus brazos y me obliga a detenerme a admirar con detenimiento. Me gusta la vida cuando los colores son intensos y cuando las sombras son plenas. Cuando el aire es caliente y el agua fría. Y cuando mis ojos se encuentran con otro par. Me gusta la vida por sus besos, por los abrazos y por todos esos «gracias» que van y vienen. Me gusta la vida en silencio pero nunca enmudecida. Me gusta la vida cuando ando solo; pero también cuando alguien me acompaña. Cuando toman de mi mano y cuando la sueltan. Me gusta la vida cuando veo que no se detiene. Cuando cada momento amerita una foto; o cuando lo mejor es guardar el momento solo en la memoria. Me gusta la vida por sus recuerdos, por las personas, por las cosas y por el buen arte. Me gusta la vida cuando está inundada de talento y cuando el trabajo no es en vano. Me gusta cuando fluye como un río y cuando parece bloqueada por alguna roca: porque siempre encuentra la forma de seguir. En general, me gusta la vida: en todas sus formas, en todas sus circunstancias, en todas sus risas y en todos sus llantos. Pero sobre todo, si algo me gusta, es haber formado (y seguir formando) parte de todo esto. 

martes, 13 de septiembre de 2016

Carta abierta a una puerta cerrada


Hola, vieja amiga, nos volvemos a ver. Aunque debo admitir, que esta vez me has sorprendido. No porque no te esperaba, sino por el golpe que me llevé al topar contigo. ¿Por qué no me dejas pasar, ahora que he llegado tan lejos? Intento tocar y mis llamados no son atendidos; intento abrirte, pero no pareces querer ceder. Y no pienso forzarte, porque ambos podemos quebrarnos. Alguien te sostiene por detrás. No alcanzo a ver quién es, pero descubrirlo será cuestión de tiempo. Lo único cierto, es que mi presencia no te place; así que no quiero imaginar qué podría ocurrir más allá, luego de cruzarte. Me pregunto por qué lo haces. ¿Qué habrá detrás de ti? Parece que no quieres que lo descubra. Está bien. Me basta mirar a los lados para encontrar que en este largo pasillo sobran demasiadas puertas para seguir demorándome en la misma. Espero que cuando decidas abrirte, no alcances a verme por lo lejos que estaré ahora de ti, luego de atravesar otras tantas puertas que me han estado esperando. Mantente cerrada. Olvídame. Pero nunca dejes de recordar, el día en que bloqueaste mi camino, para permitirme ver el correcto.

jueves, 1 de septiembre de 2016

Por estos lares


Este espacio surge de la necesidad de compartir de una forma distinta (un poco más ordenada) todo ese montón de palabras que rondan por mi cabeza para crear un conjunto de ideas, frases, pensamientos, relatos y demás que buscan la manera de quedar plasmadas en estas redes. Espero les guste, se paseen por aquí y compartan conmigo este arte tan bonito.